miércoles, 13 de mayo de 2009

Una de detectives

Sigo la pista. Por la tarde hago horas extras de detective privado, ora persigo, ora espío, ora tomo poses de cara a la galería, así, así. De tanto meterme en la piel de Carvalho, de Clouseau, de Gadget he adquirido, ante todo, desconfianza. Las turbulencias del calor sobre el aire, la refracción de la luz en el agua, el sol de frente o incluso un tapón de cerumen en el oído pueden desvirtuar la realidad y ofrecer indicios falsos. Por ejemplo, llegué a la cocacola y a la pepsi por el mismo camino, y a Rajoy y a Zapatero, y al Real Madrid y al Barça, las pruebas me indicaron que eran lo mismo, por lo menos en rasgos generales. Sigo la pista, y escucho una voz, me suena, es en inglés. Parece de Perogrullo, pero nunca, antes del trabajo de detective privado, me había parado a analizar que la gran mayoría de las voces que escuchamos por la radio o por la televisión aparte de las españolas o hispanoamericanas, o éstas traduciendo a las primeras, vienen de Estados Unidos. De Perogrullo también son quienes la enarbolan y usan: deportistas, políticos y artistas (todos pueden vivir bajo la etiqueta de artistas, perdón por los artistas). Uno de ellos, una voz, por encima de otras, por encima de la de Tom Cruise u Ophrah Wimphrey ha sobresalido sobre las olas sonoras. Sigo la pista. Su voz, repetida hasta la saciedad, ha colmado horas y horas de las parrillas televisivas y radiofónicas, y ha sido transcrita a los periódicos y a las banderas y las camisetas, y aún se sigue repitiendo…la hamburguesa. Parece que no, no, no, aunque me desmientan periodistas enamorados, él es guapo, es seductor, es convincente. Lo objetivamente detectivesco es que tiene una gran voz, la escucho, la escucho, y me parece la de Bush, la del pequeño, parece mentira, pero es una prueba irrefutable, y la otra es que Obama es presidente de los Estados Unidos, nada más y nada menos, con lo que todo eso conlleva para los demás, razón única por la que Miguel Marzo me ha contratado para que lo persiga.

1 comentario:

Ana Isabel dijo...

Miguel, me encanta tu blog!,además tienes artículos de estilos muy diferentes, este en concreto me recuerda a las obsesiones de Millás. El de Su boca es una pasada.
Un abrazo y sigue así!