miércoles, 20 de mayo de 2009

Conversación robada 2

-¿... cuánto?
-Menos de un tercio. Lo veo menos de una tercera parte de lo que lo veía antes y es por tí.
Las rastas de ambos se desenmarañaron. Transcurrido un tiempo, dos, tres, cuatro metros, llegaron a la puerta. Él no se la sostuvo, dispuesto a salir sólo a la calle. ¿Cuánto?, volvió a repetirse para sus adentros. -No se pueden medir los sentimientos...- contestó ella. Por un instante, parecieron dos algas abandonadas y muertas en una playa.

No hay comentarios: