viernes, 24 de abril de 2009

Deporte nacional

El españolismo medio se caracteriza físicamente por, como diría mi padre, una chaparranería ( derivado del adjetivo achaparranado- de la forma de un chaparro) o landismo cercanas a la magnificencia que aporta un buen brote de pelo en el pecho masculino o ese frenazo capilar en las postrimerías de la mejilla femenina de la que hace gala, vengamos a poner por ejemplo, a la querida de otros, la Pantoja, la del caché por el papel cuché ( unas buena patillas la de esta mujer). Filosofando sobre estas lides estábamos yo y unos amigos, dentro de nuestro estadio olímpico, o sea la plaza de la Corredera, disfrutando de una larga, distendida y alegre tarde de charla, y en su extensión de la fervorosa y apasionada afición de hablar del prójimo, o como dice mi madre (cerramos así mi mapa genético XY, de la tradición más oral del españolismo) haciendo trajes, creo que no muy a medida el matiz de la expresión, cuando advertimos que no practicábamos aquella tarde esa modalidad sucia de púgil barriobajero que arrastra del pelo por la espalda o araña en la cara sin avisar…, no. Sin darnos cuenta y haciendo un ejercicio perfecto en barra fija de sociología creativa fuimos inventando, ofreciendo, regalando vidas importantes, humildes a varias personas que no conocíamos, y que por matices aparentes a la vista, vestíamos de un oficio u otro, de un estado civil, de una personalidad concreta porque así nos lo parecía, tan subjetiva y libre esta modalidad como la otra. Todos y cada uno alrededor del café ejerciendo la opinión en el ágora con guante blanco, simple y llanamente, de forma constructiva. Porque la crítica, la que ejercemos y escuchamos a diario, la menos constructiva, merece una tarjeta roja, una sanción ejemplar, o no ser escuchada. Apaguemos, por ejemplo, la televisión, o leamos o callémonos…sí, eso, callémonos. Se está muy bien en silencio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

aprendamos a utilizar la alabanza como la cuchara, todos seríamos mas un poquito mejores y tendría mucha más utilidad.....
un abrazo poeta